El contacto afectivo es una necesidad biológica para los
bebés de todas las especies de mamíferos, tan necesario para su salud y
supervivencia como el aire y el alimento.
Los vínculos afectivos siguen siendo importantes en la edad
adulta e influyen en el bienestar emocional y en el equilibrio fisiológico.
Estas relaciones afectivas también se establecen con los animales. Existen
numerosos estudios sobre personas ancianas o incapacitadas que demuestran que,
los que tiene un animal doméstico (o incluso una planta que cuidar), disponen
de más resistencia psicológica y visitan menos al médico.
La calidad de nuestras relaciones, con la familia, con los
amigos y con los animales determina nuestro equilibrio y es un factor clave
para reducir la ansiedad y la depresión.
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